Encanto

Argumento de Encanto

Mientras escapan de su casa por desplazamiento forzado, la joven Alma Madrigal pierde a su marido Pedro, pero salva a sus hijos trillizos Pepa, Julieta y Bruno. La vela que Alma lleva consigo se vuelve mágica y crea una casa sensible, la "Casita", para que los Madrigal vivan en ella. Un pueblo crece bajo la protección de la Casita, y los miembros de la familia Madrigal son dotados de habilidades sobrehumanas que utilizan para ayudar a los aldeanos. Sin embargo, el don de ver el futuro de Bruno provoca múltiples conflictos que le llevan a ser vilipendiado por la familia; mientras que Mirabel, la hija menor de Julieta, es despreciada por la abuela por no tener ningún don.

La misma noche en que Antonio, el hijo menor de Pepa, recibe la capacidad de hablar con los animales, Mirabel ve repentinamente que la Casita se resquebraja, pero sus advertencias caen en saco roto cuando la Casita es encontrada aparentemente bien. Mirabel, decidida a salvar la magia de la Casita, va a investigar e interrogar a los miembros de su familia. Su hermana mayor, Luisa, que posee una fuerza sobrehumana, le sugiere que la habitación de Bruno puede contener algunas pistas sobre el fenómeno. Allí, Mirabel ve una cueva de arena y trozos de una losa de cristal de jade opaco, que -cuando se repara- constituyen una imagen que supuestamente muestra que ella es la causante de que la Casita se desmorone. Cuando Mirabel se marcha, descubre que los dones de los miembros de su familia comienzan a debilitarse.

Durante una cena que conducirá al compromiso de Isabela, la hermana mayor de Mirabel -que puede hacer crecer flores a voluntad- con Mariano. La prima mayor de Mirabel, Dolores -que posee un oído sobrehumano- admite haber escuchado a Mirabel hablando con su padre sobre su visita a la Torre de Bruno. La propuesta de Mariano se va al traste cuando la Casita vuelve a resquebrajarse y los poderes de todos disminuyen, de lo que Isabela culpa a Mirabel a pesar de que ésta niega su implicación en el cataclismo. Mirabel descubre un pasaje oculto en las paredes donde encuentra a Bruno, que en realidad nunca abandonó la casa porque sigue queriendo a su familia. Mirabel le convence para que vuelva a hacer predicciones y consigue el permiso de Antonio para utilizar la habitación de éste. Bruno hace otra visión, que muestra una imagen de Mirabel e Isabela abrazadas.

Mirabel va a disculparse, pero en su lugar se entera de la carga de Isabela de ser perfecta y de su deseo de no casarse con Mariano. Tras desahogar sus sentimientos, los poderes de Isabela comienzan a desarrollarse y ambas hermanas se reconcilian. Sin embargo, Alma descubre las acciones de Mirabel y la posterior discusión entre ambas destruye la Casita para horror y tristeza de Mirabel.

Alma encuentra a una afligida Mirabel en el río Caño Cristales donde murió Pedro, admitiendo finalmente su culpa de presionar a la familia, olvidando que eran una familia en primer lugar. Mirabel y Alma se reconcilian y, con Bruno a cuestas, reúnen a los Madrigal para reconstruir la Casita con la ayuda de los aldeanos; en el momento en que Mirabel coloca el último pomo, la Casita vuelve a la vida y la magia regresa.